Con su propia duración y velocidad, cada uno de los ensayos poéticos reunidos en este libro sacuden con la fuerza del ramalazo, de las súbitas ráfagas que obligan a suspender los ojos y encender la piel en la fricción de la tierra volandera. Labiar el desierto interroga, entre otras muchas cuestiones, cuánto y qué hay del espacio habitado en las maneras de rozar o embestirnos cuerpo a cuerpo con las palabras, en las lamidas que les damos cuando trastrocamos la ficción de origen. La espuma de la baba y no la congestión del ojo, el poema mallín —el del deseo, la rabia y la ternura— para los tiempos de la sequía.
No se trata de embelesos cuando decimos ‘desierto’ y es que nuestras lenguas y voces eligen no sustraerse de los movimientos y fluidos que las tramas espaciales permean en nuestros órganos dados y en los que nos inventamos. Como si se tratara de una frontería perenne, las prácticas escriturarias de val flores –y también sus performances y talleres– agujerean los muros trazados entre los campos poéticos, teóricos y pedagógicos. Por esas rendijas estamos invitad*s a fugarnos, mínimas, lagartijas, desertar y volver para la trizadura.
NUM. PÁGINAS 78
Val Flores nació en Buenos Aires en 1973. Escritora activista de la disidencia sexual tortillera, feminista heterodoxa. Trabajó como maestra de primaria durante 15 años en escuelas públicas. Autora de Notas lesbianas. Reflexiones desde la disidencia sexual (2005), Deslenguada. Desbordes de una proletaria del lenguaje (2010), “nterrupciones. Ensayos de poética activista (2013), y compiladora con fabi tron de Chonguitas. Masculinidades de niñas (2013) y autora de El sótano de san telmo (2015). Se dedica a la escritura ensayística y poética como modo de intervención política y estética desde las pedagogías antinormativas.
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Con su propia duración y velocidad, cada uno de los ensayos poéticos reunidos en este libro sacuden con la fuerza del ramalazo, de las súbitas ráfagas que obligan a suspender los ojos y encender la piel en la fricción de la tierra volandera. Labiar el desierto interroga, entre otras muchas cuestiones, cuánto y qué hay del espacio habitado en las maneras de rozar o embestirnos cuerpo a cuerpo con las palabras, en las lamidas que les damos cuando trastrocamos la ficción de origen. La espuma de la baba y no la congestión del ojo, el poema mallín —el del deseo, la rabia y la ternura— para los tiempos de la sequía.
No se trata de embelesos cuando decimos ‘desierto’ y es que nuestras lenguas y voces eligen no sustraerse de los movimientos y fluidos que las tramas espaciales permean en nuestros órganos dados y en los que nos inventamos. Como si se tratara de una frontería perenne, las prácticas escriturarias de val flores –y también sus performances y talleres– agujerean los muros trazados entre los campos poéticos, teóricos y pedagógicos. Por esas rendijas estamos invitad*s a fugarnos, mínimas, lagartijas, desertar y volver para la trizadura.
NUM. PÁGINAS 78
Val Flores nació en Buenos Aires en 1973. Escritora activista de la disidencia sexual tortillera, feminista heterodoxa. Trabajó como maestra de primaria durante 15 años en escuelas públicas. Autora de Notas lesbianas. Reflexiones desde la disidencia sexual (2005), Deslenguada. Desbordes de una proletaria del lenguaje (2010), “nterrupciones. Ensayos de poética activista (2013), y compiladora con fabi tron de Chonguitas. Masculinidades de niñas (2013) y autora de El sótano de san telmo (2015). Se dedica a la escritura ensayística y poética como modo de intervención política y estética desde las pedagogías antinormativas.
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