Luego de El viento que arrasa, su primera novela, verdadero acontecimiento literario debido a la gran aceptación de público y crítica, con Ladrilleros Almada se consolida como una de las escritoras ineludibles de la literatura argentina contemporánea. Vuelve a poner en escena su mundo propio: personajes cinematográficos atrapados por un aire de violencia latente, por el clima del Litoral, por el habla popular de una lengua que es, al mismo tiempo, realista y poética, por la destreza para contar una historia y dejarnos sin aliento hasta el desenlace.
NUM. PÁGINAS 223
Selva Almada (1973) es entrerriana y escribió Ladrilleros (2013), El viento que arrasa (2012), Una chica de provincia (2007), Niños (2005), y Mal de muñecas (2003). Con Chicas muertas (2014), logra consolidarse como una narradora de no ficción que, con un lenguaje intenso y preciso, indaga en los distintos tipos de violencia contra las mujeres.
Luego de El viento que arrasa, su primera novela, verdadero acontecimiento literario debido a la gran aceptación de público y crítica, con Ladrilleros Almada se consolida como una de las escritoras ineludibles de la literatura argentina contemporánea. Vuelve a poner en escena su mundo propio: personajes cinematográficos atrapados por un aire de violencia latente, por el clima del Litoral, por el habla popular de una lengua que es, al mismo tiempo, realista y poética, por la destreza para contar una historia y dejarnos sin aliento hasta el desenlace.
NUM. PÁGINAS 223
Selva Almada (1973) es entrerriana y escribió Ladrilleros (2013), El viento que arrasa (2012), Una chica de provincia (2007), Niños (2005), y Mal de muñecas (2003). Con Chicas muertas (2014), logra consolidarse como una narradora de no ficción que, con un lenguaje intenso y preciso, indaga en los distintos tipos de violencia contra las mujeres.
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