Yo anotaba mis gastos y también lo que había ganado, pero eran columnas de números que pocas veces volvía a consultar y que cuando lo hacía no entendía qué significaban. Aunque pusiera una fecha o alguna otra referencia para guiarme no era suficiente, al poco tiempo esos datos no me decían nada. Entonces empecé a escribir en prosa, con todo el recorrido del dinero y sus causas y consecuencias: pagué esto y aquello, me pagaron tal cosa y con eso repuse lo que había sacado de allá. Así. Nunca me sirvió para ordenarme ni para hacer un cálculo de algo pero sí me interesó lo de escribir los números, hacer escritura de las cuentas, relatar el debe y el haber. Si las anotaciones habituales no conseguían retener algo del paso del dinero por mi vida, ni siquiera conseguían que pudiera controlarlo, relatarlo sí me permitió observar su presencia como una puntuación, un ritmo. Escribiendo este Diario del dinero me sentí haciendo una inversión. Invertí los términos: gastar es una nueva oportunidad de contar y ganar es perder la vergüenza y desnudar cuánto recibo por mis trabajos. Empecé a revisar viejos diarios que no tenían esta intención de antemano y me di cuenta que ahí estaba el mismo ritmo, esa aparición del dinero en medio de todas las experiencias de la amistad, de la familia, del amor, de la música, del cine y de la escritura misma, acompañando el agobio y el alivio de los trabajos y los días. Quise que las entradas estuvieran desordenadas como si un viento hubiese entrado por la ventana y volado las hojas. Y, como si de verdad esto sucediera, que en medio de eso hubiese islas de orden cronológico también. Una forma de contar el dinero que puede servir como materia de análisis para economistas y sociólogos, un registro para que los chismosos revisen o para quien pueda llegar a preguntarse de qué modo sobrevive en este mundo alguien como yo.
Rosario Bléfari
NUM. PÁGINAS 176
Rosario Bléfari nació en Mar del Plata (1965) - Santa Rosa (2020). Era una música, actriz y escritora argentina. La música fue la primera disciplina en la que se destacó y que la trajo a Buenos Aires. A los 24 años comenzó a liderar Suárez, una banda que hizo del sonido indie y sónico, y de una poesía profunda, su sello inconfundible. En 1994 edita su primer material titulado Hora de no ver. Le siguieron Horrible (1995), Galope (1996), Excursiones (1999), el EP Río Paraná (1999) y el EP 29:09:00 (2000). La banda dio sus últimos conciertos durante el verano de 2001 hasta su separación en el mismo año. En 2015, el grupo fue objeto de la película documental, "Entre dos luces. Suárez. Primera parte", de Fernando M. Blanco, estrenada en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Luego de editar varios discos solistas, como "Cara", "Estaciones", "Misterio relámpago" y "Calendario", Bléfari volvió a sorprender a la escena con la banda Sue Mon Mont. La banda publicó un disco y un EP. Además, y junto a Julián Perla y Javier Diz, formó el combo Los Mundos Posibles con el que editó "Contratiempo" y "Pinturas de guerra". Otra vez en solitario, publica su último disco "Sector apagado". La faceta actoral siempre presente en Bléfari la llevó a protagonizar obras como "Reinos", "El puré de Alejandra", "El beso", "Avelove" y "El esfuerzo del destino", entre otras. Su versatilidad actoral la llevó al cine para participar en “Pobre mariposa” (1986) y "Color escondido". María Luisa Bemberg la convocó para "Yo, la peor de todas" (1990) y luego Rosario devino emblema del indie cinematográfico al encabezar los elencos de filmes como "1000 boomerangs". La siguieron "Hotel, hotel" de Ofelia Escasany, el telefime "Urgente", dirigido por Albertina Carri, "La señal", Un mundo misterioso", "Los dueños", "La idea de un lago", "Pozo de aire" y la producción argentino-colombiana "Adiós, entusiasmo", que integraron una filmografía tan profusa como personal y atractiva. La escritura y la literatura también estuvieron presentes en su universo creativo. Bléfari es autora de las obras teatrales "Somos Nuestro Cerebro", "¿Somos nuestros genes?" y "Ocho Mujeres". En el campo de las letras, además, publicó Poemas en prosa, La música Equivocada, Antes del río y las compilaciones de cuentos Mis ejemplos y Las reuniones. Su último libro, Diario del dinero, fue editado de manera póstuma.
Yo anotaba mis gastos y también lo que había ganado, pero eran columnas de números que pocas veces volvía a consultar y que cuando lo hacía no entendía qué significaban. Aunque pusiera una fecha o alguna otra referencia para guiarme no era suficiente, al poco tiempo esos datos no me decían nada. Entonces empecé a escribir en prosa, con todo el recorrido del dinero y sus causas y consecuencias: pagué esto y aquello, me pagaron tal cosa y con eso repuse lo que había sacado de allá. Así. Nunca me sirvió para ordenarme ni para hacer un cálculo de algo pero sí me interesó lo de escribir los números, hacer escritura de las cuentas, relatar el debe y el haber. Si las anotaciones habituales no conseguían retener algo del paso del dinero por mi vida, ni siquiera conseguían que pudiera controlarlo, relatarlo sí me permitió observar su presencia como una puntuación, un ritmo. Escribiendo este Diario del dinero me sentí haciendo una inversión. Invertí los términos: gastar es una nueva oportunidad de contar y ganar es perder la vergüenza y desnudar cuánto recibo por mis trabajos. Empecé a revisar viejos diarios que no tenían esta intención de antemano y me di cuenta que ahí estaba el mismo ritmo, esa aparición del dinero en medio de todas las experiencias de la amistad, de la familia, del amor, de la música, del cine y de la escritura misma, acompañando el agobio y el alivio de los trabajos y los días. Quise que las entradas estuvieran desordenadas como si un viento hubiese entrado por la ventana y volado las hojas. Y, como si de verdad esto sucediera, que en medio de eso hubiese islas de orden cronológico también. Una forma de contar el dinero que puede servir como materia de análisis para economistas y sociólogos, un registro para que los chismosos revisen o para quien pueda llegar a preguntarse de qué modo sobrevive en este mundo alguien como yo.
Rosario Bléfari
NUM. PÁGINAS 176
Rosario Bléfari nació en Mar del Plata (1965) - Santa Rosa (2020). Era una música, actriz y escritora argentina. La música fue la primera disciplina en la que se destacó y que la trajo a Buenos Aires. A los 24 años comenzó a liderar Suárez, una banda que hizo del sonido indie y sónico, y de una poesía profunda, su sello inconfundible. En 1994 edita su primer material titulado Hora de no ver. Le siguieron Horrible (1995), Galope (1996), Excursiones (1999), el EP Río Paraná (1999) y el EP 29:09:00 (2000). La banda dio sus últimos conciertos durante el verano de 2001 hasta su separación en el mismo año. En 2015, el grupo fue objeto de la película documental, "Entre dos luces. Suárez. Primera parte", de Fernando M. Blanco, estrenada en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Luego de editar varios discos solistas, como "Cara", "Estaciones", "Misterio relámpago" y "Calendario", Bléfari volvió a sorprender a la escena con la banda Sue Mon Mont. La banda publicó un disco y un EP. Además, y junto a Julián Perla y Javier Diz, formó el combo Los Mundos Posibles con el que editó "Contratiempo" y "Pinturas de guerra". Otra vez en solitario, publica su último disco "Sector apagado". La faceta actoral siempre presente en Bléfari la llevó a protagonizar obras como "Reinos", "El puré de Alejandra", "El beso", "Avelove" y "El esfuerzo del destino", entre otras. Su versatilidad actoral la llevó al cine para participar en “Pobre mariposa” (1986) y "Color escondido". María Luisa Bemberg la convocó para "Yo, la peor de todas" (1990) y luego Rosario devino emblema del indie cinematográfico al encabezar los elencos de filmes como "1000 boomerangs". La siguieron "Hotel, hotel" de Ofelia Escasany, el telefime "Urgente", dirigido por Albertina Carri, "La señal", Un mundo misterioso", "Los dueños", "La idea de un lago", "Pozo de aire" y la producción argentino-colombiana "Adiós, entusiasmo", que integraron una filmografía tan profusa como personal y atractiva. La escritura y la literatura también estuvieron presentes en su universo creativo. Bléfari es autora de las obras teatrales "Somos Nuestro Cerebro", "¿Somos nuestros genes?" y "Ocho Mujeres". En el campo de las letras, además, publicó Poemas en prosa, La música Equivocada, Antes del río y las compilaciones de cuentos Mis ejemplos y Las reuniones. Su último libro, Diario del dinero, fue editado de manera póstuma.