Luego de estudiar a Auerbach, Pasolini se convence de que, a mayor contaminación de materiales lingüísticos heterogéneos, tanto literarios como extraliterarios, mayor realismo. La mímesis, es una apertura de horizontes lingüísticos; un modo de escuchar al otro y de dejarse atravesar por su palabra. Leída de manera crítica, la mímesis dantesca permite pensar un modo tal de entender la escritura en la que lengua y realidad sean términos inextricables y como el lugar donde se anule toda diferencia entre el yo autoral y el mundo representado.
En esta búsqueda de una literatura-expresión, Pasolini explora una forma de escritura en proceso, que le permite entregar a la imprenta La Divina Mímesis como un texto no cerrado, opuesto tanto al texto “estilizado” del joven poeta y del joven novelista, como a los productos “consolatorios”, transgresivos, de la neovanguardia. La Divina Mímesis es, en este sentido, una forma posible para una escritura eminentemente política que convoca algo que está más allá de ella: una experiencia que no llega a ser nombrada del todo, como la luz meridional o las florcitas que proliferan reticularmente (Canto II), pero que sin embargo subsiste, como el exceso de lo real frente al lenguaje.
NUM. PÁGINAS 112
Pier Paolo Pasolini nació en Bolonia en 1922. Entre 1942 y 1949 residió en el Friul, donde se dedicó a la enseñanza, a los estudios filológicos y a la escritura. Este período, signado por la muerte de su hermano Guido en la lucha partisana, representó para Pasolini no sólo el momento de “descubrimiento” de una lengua poética “virgen” y “absoluta”, sino también el de la radicalidad política y el de la diversidad del eros.
En 1942 publicó su primer libro de versos en lengua friulana, Poesías a Casarsa, a los que seguirían varios volúmenes en friulano, reunidos en La mejor juventud, 1954 y en italiano Las cenizas de Gramsci,1957, y Trashumanar y organizar, 1971, entre otros. Acusado de “actos impuros”, abandonó la región materna en 1949 y residió hasta su muerte en Roma, ciudad cuya experiencia resultaría determinante tanto en su producción literaria como cinematográfica. Su primer gran éxito literario fue la novela Muchachos de la calle (1955), objeto de un proceso por supuesta “obscenidad”, a la que siguieron Una vida violenta (1959) y El sueño de una cosa (1962).
En 1961 dirigió Accattone, la primera de una serie de películas entre las que se destacan El Evangelio según Mateo (1964), Teorema (1968), Medea (1970) y Saló o los 120 días de Sodoma (1975). El 1 de noviembre de 1975 fue asesinado en las playas de Ostia, en las cercanías de Roma. Trabajaba entonces en Petróleo (publicada póstumamente en 1992).
Luego de estudiar a Auerbach, Pasolini se convence de que, a mayor contaminación de materiales lingüísticos heterogéneos, tanto literarios como extraliterarios, mayor realismo. La mímesis, es una apertura de horizontes lingüísticos; un modo de escuchar al otro y de dejarse atravesar por su palabra. Leída de manera crítica, la mímesis dantesca permite pensar un modo tal de entender la escritura en la que lengua y realidad sean términos inextricables y como el lugar donde se anule toda diferencia entre el yo autoral y el mundo representado.
En esta búsqueda de una literatura-expresión, Pasolini explora una forma de escritura en proceso, que le permite entregar a la imprenta La Divina Mímesis como un texto no cerrado, opuesto tanto al texto “estilizado” del joven poeta y del joven novelista, como a los productos “consolatorios”, transgresivos, de la neovanguardia. La Divina Mímesis es, en este sentido, una forma posible para una escritura eminentemente política que convoca algo que está más allá de ella: una experiencia que no llega a ser nombrada del todo, como la luz meridional o las florcitas que proliferan reticularmente (Canto II), pero que sin embargo subsiste, como el exceso de lo real frente al lenguaje.
NUM. PÁGINAS 112
Pier Paolo Pasolini nació en Bolonia en 1922. Entre 1942 y 1949 residió en el Friul, donde se dedicó a la enseñanza, a los estudios filológicos y a la escritura. Este período, signado por la muerte de su hermano Guido en la lucha partisana, representó para Pasolini no sólo el momento de “descubrimiento” de una lengua poética “virgen” y “absoluta”, sino también el de la radicalidad política y el de la diversidad del eros.
En 1942 publicó su primer libro de versos en lengua friulana, Poesías a Casarsa, a los que seguirían varios volúmenes en friulano, reunidos en La mejor juventud, 1954 y en italiano Las cenizas de Gramsci,1957, y Trashumanar y organizar, 1971, entre otros. Acusado de “actos impuros”, abandonó la región materna en 1949 y residió hasta su muerte en Roma, ciudad cuya experiencia resultaría determinante tanto en su producción literaria como cinematográfica. Su primer gran éxito literario fue la novela Muchachos de la calle (1955), objeto de un proceso por supuesta “obscenidad”, a la que siguieron Una vida violenta (1959) y El sueño de una cosa (1962).
En 1961 dirigió Accattone, la primera de una serie de películas entre las que se destacan El Evangelio según Mateo (1964), Teorema (1968), Medea (1970) y Saló o los 120 días de Sodoma (1975). El 1 de noviembre de 1975 fue asesinado en las playas de Ostia, en las cercanías de Roma. Trabajaba entonces en Petróleo (publicada póstumamente en 1992).
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