La escritora argentina Silvina Ocampo es una de las figuras más exquisitas, talentosas y extrañas de la literatura en español. Hija de una familia aristocrática, autora de libros que, al decir de Roberto Bolaño, parecen provenir de «una limpia cocina literaria», en torno a ella se han urdido mitos que envuelven no solo su obra, revalorizada con entusiasmo en los últimos años, sino también su vida privada: la particular relación que tenía con su marido, Adolfo Bioy Casares; su cambiante y chismosa amistad con Jorge Luis Borges, que cenaba cada noche en su casa; sus presuntos romances con mujeres, como la poeta Alejandra Pizarnik o la madre del propio Bioy; sus perturbadoras premoniciones; sus ambiguos conflictos con la olímpica Victoria Ocampo, su hermana mayor.
En este libro, Mariana Enríquez, a través de una enorme cantidad de fuentes bibliográficas y testimonios de amigos, críticos, parientes y albaceas de Silvina Ocampo, cuestiona los mitos, descorre el velo sobre los secretos y mira con una intensidad única la vida de quien vivió con el afán de permanecer oculta. El resultado es el retrato emocionante de una mujer entrañable y oscura, inteligente y suavemente perversa, dueña de una imaginación desaforada (y de unas piernas espectaculares), a quien hoy se considera una de las mejores cuentistas del Río de la Plata.
NUM. PÁGINAS 192
Mariana Enriquez nació en Buenos Aires, en 1973 es periodista, subeditora del suplemento Radar del diario Página/12 y docente. Es una de las narradoras más valientes y sorprendentes del siglo XXI, no sólo de la nueva literatura argentina a cargo de escritores nacidos durante la dictadura sino de la literatura de cualquier país o lengua. Mariana Enriquez transforma géneros literarios en recursos narrativos, desde la novela negra hasta el realismo sucio, pasando por el terror, la crónica y el humor, y ahonda con dolor y belleza en las raíces, las llamas y las tinieblas de toda existencia.
Ha escrito novelas, relatos de viajes, perfiles –como La hermana menor, acerca de la escritora Silvina Ocampo: «Enríquez ha sabido recrear una época especialmente interesante de la vida cultural de Buenos Aires» (J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia); «Un libro revelador» (J. E. Ayala-Dip, El País) – y colecciones de cuentos: en Anagrama han aparecido dos de ellas, Los peligros de fumar en la cama: «Relatos espléndidos. (...) Una gran escritora» (Nadal Suau, El Mundo); «Unos cuentos impresionantes» (Llucia Ramis), y Las cosas que perdimos en el fuego, publicada en veinte países y galardonada en 2017 con el Premi Ciutat de Barcelona en la categoría «Literatura en lengua castellana»: «La escritura posee cualidades como la condensación y una sugerente frialdad (Carlos Pardo, El País); «Se apoya con inteligencia en los maestros para crear un mundo narrativo muy propio» (Edmundo Paz Soldán); «Excepcional» (Marta Sanz). En 2019 ganó el Premio Herralde de Novela con Nuestra parte de noche, galardonada también con el Premio de la Crítica: «Una prosa que no da respiro» (Leila Guerriero); «Un universo oscuro y fascinante que atrapa y no te suelta. Una novela llena de poesía» (Guadalupe Nettel); «Un logro pavoroso. (...) Enriquez reinventa la narrativa de terror» (Ricardo Menéndez Salmón); «Novela ambiciosa y enorme» (Aloma Rodríguez, Letras Libres). Su obra ha recibido un aplauso unánime: «Una escritora fascinante que exige ser leída... Su ficción nos impacta con la fuerza de un tren de mercancías» (Dave Eggers); «Una maestra de lo macabro» (Anne Meadows, Granta).
La escritora argentina Silvina Ocampo es una de las figuras más exquisitas, talentosas y extrañas de la literatura en español. Hija de una familia aristocrática, autora de libros que, al decir de Roberto Bolaño, parecen provenir de «una limpia cocina literaria», en torno a ella se han urdido mitos que envuelven no solo su obra, revalorizada con entusiasmo en los últimos años, sino también su vida privada: la particular relación que tenía con su marido, Adolfo Bioy Casares; su cambiante y chismosa amistad con Jorge Luis Borges, que cenaba cada noche en su casa; sus presuntos romances con mujeres, como la poeta Alejandra Pizarnik o la madre del propio Bioy; sus perturbadoras premoniciones; sus ambiguos conflictos con la olímpica Victoria Ocampo, su hermana mayor.
En este libro, Mariana Enríquez, a través de una enorme cantidad de fuentes bibliográficas y testimonios de amigos, críticos, parientes y albaceas de Silvina Ocampo, cuestiona los mitos, descorre el velo sobre los secretos y mira con una intensidad única la vida de quien vivió con el afán de permanecer oculta. El resultado es el retrato emocionante de una mujer entrañable y oscura, inteligente y suavemente perversa, dueña de una imaginación desaforada (y de unas piernas espectaculares), a quien hoy se considera una de las mejores cuentistas del Río de la Plata.
NUM. PÁGINAS 192
Mariana Enriquez nació en Buenos Aires, en 1973 es periodista, subeditora del suplemento Radar del diario Página/12 y docente. Es una de las narradoras más valientes y sorprendentes del siglo XXI, no sólo de la nueva literatura argentina a cargo de escritores nacidos durante la dictadura sino de la literatura de cualquier país o lengua. Mariana Enriquez transforma géneros literarios en recursos narrativos, desde la novela negra hasta el realismo sucio, pasando por el terror, la crónica y el humor, y ahonda con dolor y belleza en las raíces, las llamas y las tinieblas de toda existencia.
Ha escrito novelas, relatos de viajes, perfiles –como La hermana menor, acerca de la escritora Silvina Ocampo: «Enríquez ha sabido recrear una época especialmente interesante de la vida cultural de Buenos Aires» (J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia); «Un libro revelador» (J. E. Ayala-Dip, El País) – y colecciones de cuentos: en Anagrama han aparecido dos de ellas, Los peligros de fumar en la cama: «Relatos espléndidos. (...) Una gran escritora» (Nadal Suau, El Mundo); «Unos cuentos impresionantes» (Llucia Ramis), y Las cosas que perdimos en el fuego, publicada en veinte países y galardonada en 2017 con el Premi Ciutat de Barcelona en la categoría «Literatura en lengua castellana»: «La escritura posee cualidades como la condensación y una sugerente frialdad (Carlos Pardo, El País); «Se apoya con inteligencia en los maestros para crear un mundo narrativo muy propio» (Edmundo Paz Soldán); «Excepcional» (Marta Sanz). En 2019 ganó el Premio Herralde de Novela con Nuestra parte de noche, galardonada también con el Premio de la Crítica: «Una prosa que no da respiro» (Leila Guerriero); «Un universo oscuro y fascinante que atrapa y no te suelta. Una novela llena de poesía» (Guadalupe Nettel); «Un logro pavoroso. (...) Enriquez reinventa la narrativa de terror» (Ricardo Menéndez Salmón); «Novela ambiciosa y enorme» (Aloma Rodríguez, Letras Libres). Su obra ha recibido un aplauso unánime: «Una escritora fascinante que exige ser leída... Su ficción nos impacta con la fuerza de un tren de mercancías» (Dave Eggers); «Una maestra de lo macabro» (Anne Meadows, Granta).